LAS MEJORES COSAS DE LA VIDA SE NOS BRINDAN LIBRES DE COSTO
La creación nos ofrece, de forma totalmente gratuita, los medios que nos permiten mantenernos con vida. Al afirmar lo anterior, no solamente nos referimos a los alimentos, tales como frutas y verduras. El alimento más importante, y para el cual, no existe alternativa, es el aire, en otras palabras, la atmosfera respiratoria que nos circunda, aquella que inhalamos y exhalamos permanentemente y sin la cual no podríamos sobrevivir sino tan sólo unos pocos minutos.
Toda persona que decida hacerse cargo y asumir la responsabilidad de su propio °sobrevivir°, aquel que comprende lo que es hacerse cargo de todo un núcleo familiar, aquel que empieza a preocuparse por su energía vital, por su alegría de vivir, por su capacidad de rendimiento, así como de resiliencia, debe empezar a dedicarle una buena parte de su tiempo a analizar la calidad del aire que respira. No olvidemos que nosotros ingresamos diariamente a nuestro cuerpo más de 10.000 litros de este irrenunciable gas. De esta realidad son muy pocos los que somos conscientes.
Cada vez que se vuelve más evidente que estamos empezando a desarrollar nuestra conciencia al respecto, empezamos a hacernos una variopinta serie de preguntas, nos tornamos cada vez más críticos en la selección de lo que queremos hacer y de aquello de lo cual preferimos abstenernos. Estamos en una permanente búsqueda de un camino que nos permita vivir más tiempo y, sobre todo, con una mejor calidad de vida.
Cuando nos referimos al °biohacking°, de lo que se trata es de buscar cómo analizar y entender todas aquellas influencias externas a las cuales está expuesto permanentemente nuestro cuerpo, también tratar de comprender cómo estas influencias exógenas, pueden incidir en los procesos de reparación bioquímica o de cualquier otro tipo que decidamos escoger para que, en el caso ideal, podamos mejorar integralmente nuestra calidad de vida.
Aquellos que se hacen llamar °biohacker°, no solamente se dedican a monitorear sus días con sus relojes inteligentes, que les ayudan a manejar su estado físico, o con otro tipo de aplicaciones. Lo que realmente buscan es poder entender, de una manera más profunda, cómo es el funcionamiento sistémico de su organismo y lo que éste realmente requiere para realizar o mejorar determinadas funciones corporales, como, por ejemplo, la concentración, o el sueño.
Y lo anterior nos lleva, de nuevo, al tema del aire que respiramos. Porque hay algo que sí está muy claro: Sin aire, sencillamente, no podemos vivir. Ni existe ni se ha inventado alternativa alguna para remplazar el aire. Y, si la hubiese, tendría ésta que ser vital, o sea, llena de vitalidad y de ° fuerza de bosque °. Infortunadamente, hasta le fecha no se ha inventado un aire que nos brinde la calidad que requerimos, ni en la tienda de la esquina ni en la estación de servicio al otro lado de la calle.
Según la O.M.S, (Organización Mundial de la Salud), la contaminación ambiental representa, hoy en día, el más grande riesgo para la salud humana. Más del 80% de las muertes prematuras se deben a la contaminación del aire y como resultado de las obras de geo-ingeniería, sobre todo en países con ingresos bajos o medios, per cápita. Según estas estadísticas, cada 9 de 10 personas están respirando hoy aire contaminado, y, por consiguiente, un aire carente de energía. La mismísima O.M.S. afirma que lo anterior les cuesta la vida a siete millones de seres humanos en el planeta. Un tercio de los casos letales, se debe a accidentes cerebro-vasculares, a cáncer de pulmón y enfermedades del corazón, todas ellas atribuibles a la contaminación ambiental. No podemos garantizar si las cifras entregadas han sido debidamente auditadas!
Pero no podemos olvidar que, el ser humano, como entidad, no es el único que respira. No !
Cada una de nuestras células respira. Mirándolo desde el ángulo de la física, el ser humano se compone de 80 a 120 mil millones de células. Cada una de ellas requiere de energía para su correcto funcionamiento, labor en la cual no solamente se trata de protección a la población celular en su integridad, sino también de la neoformación de células nuevas. Este ciclo de la fotosíntesis y de la correspondiente respiración celular, la que también se conoce como la °respiración interna°, es indispensable para la vida.
Y ahora nos encontramos con el jugador más sobresaliente en este juego natural: La Luz. La luz natural. La luz es la encargada de dirigir todos los procesos básicos al interior y al exterior de nuestro cuerpo y se encarga, muy específicamente, de mantenernos con vida. Por eso no es de extrañarse que, desde el comienzo de los tiempos a la luz se le considere como un símbolo de la Creación, de la Divinidad, de toda Espiritualidad bien entendida, del bienestar en general y de una salud integral. La luz es el eslabón que une todos los aspectos y las facetas de nuestra vida.